Con las prospecciones petrolíferas que ha
iniciado la compañía multinacional Repsol, en aguas de jurisdicción canaria del
océano atlántico, con el consentimiento
del gobierno español, se inicia un peligroso camino sin retorno hacia la
explotación de recursos en pos del beneficio empresarial.
La oposición de la ciudadanía canaria no ha
sido suficiente para que el gobierno español se replanteara este proyecto. Las
movilizaciones ciudadanas a raíz de estas prospecciones han sido de las más
importantes que se recuerdan en las islas. El gobierno español ha prohibido la
celebración de un referéndum sobre la realización de estas prácticas
empresariales en suelo canario, que contaba con el respaldo de la gran mayoría
de la sociedad canaria.
Las consecuencias de estas actuaciones por
parte de la multinacional Repsol, son medioambientales y socio-económicas.
Medioambientales porque se realizan las prospecciones en espacios
naturales que pueden ser seriamente dañados, afectando a la biodiversidad de
nuestros mares.
Socio-económicas porque es el principio de
anteponer los intereses empresariales privados por encima de los de nuestra
sociedad, gravemente castigada por una prolongada crisis y
de sus consecuencias en una sociedad en la que una tercera parte de la
población está en situación de severa pobreza.
Y además se produce una paradoja, mientras
estas compañías explotan recursos energéticos, un veinte por ciento de la
población estatal no tiene acceso a estos recursos para poder pasar los rigores
del invierno a causa de situaciones de exclusión que genera esta
sociedad.
Decimos no a las prospecciones petrolíferas y
decimos no a la explotación de recursos energéticos por parte de intereses
privados.